domingo, 21 de octubre de 2012

Manual del perfecto perdedor. Día 2


El comienzo del fin de mi dignidad


Me encuentro en una situación muy incómoda. Me resulta difícil socializar en la escuela, haciendo de ésta, un lugar muy aburrido. Actualmente estoy estudiando la universidad, y a pesar de que mis padres dicen que me sienta orgulloso por estar en una escuela privada, yo siento que da lo mismo dónde estudie.  Después de 15 años de estar conviviendo con personas de la “clase alta”, me acostumbre a la actitud que normalmente este tipo de personas poseen.

  Algo que mi padre siempre me dejaba en claro, era que jamás me dejara de los demás; sin embargo, no era de aquellas personas que se les diera discutir o incluso reclamar algo. Siempre que alguien me decía de cosas o me trataba mal, únicamente me quedaba callado.

  A pesar de que jamás platicaba con alguien, durante el bachillerato conocí a una chava, que a mi parecer, fue la única persona con la que me identifiqué mucho. Tenía la misma personalidad que yo y, en algunos aspectos, su vida era igual a la mía. Ella,sin duda alguna, era mi alma gemela.

 Después de un año de una grandiosa relación, comenzaron los problemas entre los dos. Nos empezamos a distanciar. Nacieron los celos en ella y en mí, por lo cual terminamos un par de meses. Sin embargo, el destino nos volvió a unir. Desde entonces, aprendimos a ver los problemas de una forma madura, ya que una relación sin confianza ni comunicación, no lleva a ningún lado más que al fracaso. Ahora, después de 3 años de un buen noviazgo, me alegra pensar que a ella no solo la veo como una novia. La veo como mi mejor amiga y como a  esa persona en la que puedo confiar.

  A pesar de todos los problemas que he tenido en mi corta vida, mi dignidad sigue en pie. Mis padres jamás apoyaron mis ideas. Mi papá me obligó a estudiar la misma ingeniería que él. De mala gana acepte, y es por eso que mi él esta pagando mis estudios. Lo que mi viejo no sabe, es que desde hace un año me encuentro estudiando en dos universidades: Ing. Civil en donde el decidió, y Licenciatura en Gastronomía en otra.

 Por esta razón fue que comencé a trabajar en un restaurante, cerca de mi casa, para así poder pagar mis estudios y sin llegar a necesitar decirle a mi padre. Aquí es el comienzo del fin de mi dignidad; donde experimente problemas tanto en la escuela, mi noviazgo y en mi vida personal.

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