Biografía de un Perdedor
Nací en el centro de la
ciudad, en una colonia olvidada por la sociedad civilizada. Aun no comprendo
cómo fue que llegue a esta edad viviendo en tan deplorables condiciones y, sin
embargo, me encuentro ahora escribiendo una pequeña historia sobre mi vida.
Desde pequeño fui educado (si
a eso se le puede llamar educar), de una forma muy severa. Mis padres tenían la
idea que todo se solucionaba a golpes. Si no entendía algo me golpeaban, si no
estaba de acuerdo con lo que decían me golpeaban, si salía mal en mis
calificaciones me golpeaban.
Me parecía increíble que a mi
hermana la hayan educado de una forma completamente diferente, ya que a ella la
complacían en todo. Si se equivocaba en algo, a mis padres no les importaba solamente
la corregían y todo seguía normal. Todas
esas diferencias entre el trato hacia mi hermana y hacia mí, era lo que creaba
en mi un gran rencor y odio que, lamentablemente, solo podía guardarme, ya que
si opinaba algo ya sabía lo que me tocaría; una buena golpiza.
Los malos tratos no solo los
sufría en casa. En el colegio era la burla de mis compañeros. A diario
encontraban la forma de hacerme sentir menos, ya sea con sus comentarios o sus
juegos en los que siempre yo era la víctima.
Siento que todos estos
aspectos fueron los que definieron mi carácter, y me hicieron una persona
solitaria, antisocial e incluso muy distraído en mis actividades escolares. Mi
rendimiento escolar fue malo durante toda la primaria. A cada rato me metía en
problemas por conducta, por no trabajar en clase, por decir malas palabras. Por
estos motivos fue que mis padres me cambiaron a diversas escuelas, por ejemplo,
el quinto grado de primaria lo curse en 3 diferentes colegios.
Este es solo el comienzo de un
listado de pasos, consejos, instrucciones, o reglas; para formarse desde el
nacimiento hasta la muerte, de un sinfín de fracasos irremediables en la vida.
Sin embargo, para poder llegar a ser un perfecto perdedor, debemos mostrar una
buena dedicación en el objetivo. Por supuesto influye de igual manera algunos agentes
externos tales como la familia, ambiente escolar, ambiente laboral y todos
aquellos círculos en que uno socializa cotidianamente.
Todos los días me cuestiono si
llegara algún momento en que tenga la mala suerte de obtener algún logro o éxito
en lo que me propongo. Siempre recuerdo saliendo de casa que debo fallar en
todo, debo equivocarme en todo, todo lo que salga de mi boca está mal. Solo así
es como logro ser un perfecto perdedor.
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